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El boletín de noticias Aceprensa, acaba de publicar un número extraordinario dedicado al papa Francisco. Por el interés y la actualidad reproduzco aquí algunos párrafos que ellos han publicitado en la modalidad gratuita de recepción.
Francisco, el Papa llegado de américa
Los cardenales
tenían que elegir obispo de Roma y “parece que han ido a buscarlo
casi al fin del mundo”, ha dicho el nuevo Papa a la multitud
congregada en la Plaza de San Pedro. El Card. Jorge Mario Bergoglio,
de 76 años, que ha tomado el nombre de Francisco, era hasta hoy
arzobispo de Buenos Aires. Es el primer Papa jesuita y también el
primero procedente del continente americano.
Tras saludar a la
gente y agradecerle la acogida, el nuevo Papa pidió una oración por
su antecesor, Benedicto XVI, “para que el Señor le bendiga y la
Virgen le guarde”. Él mismo comenzó el rezo de un padrenuestro,
una avemaría y un gloria.
En su alocución
desde el balcón de la basílica de S. Pedro, Francisco se ha
presentado ante todo como obispo de Roma. Ha expresado su esperanza
de que el camino recién emprendido “sea fructífero para la
evangelización de esta bella ciudad”.
Antes de impartir
la bendición, Francisco pidió a los fieles que rezasen por él, y
se inclinó mientras los presentes en la plaza elevaban sus plegarias
en silencio. Subrayó la necesidad de rezar unos por otros y por el
mundo entero, para que sea una gran fraternidad. Al despedirse de la
gente, dijo que al día siguiente iría a rezar a la Virgen. Y así
hizo el jueves en la Basílica de Santa María la Mayor.
Jorge Mario
Bergoglio nació en Buenos Aires el 17 de diciembre de 1936. Hijo de
Mario, empleado ferroviario, y de Regina, ama de casa, y tuvo cuatro
hermanos. Estudió ingeniería química, y después, en 1958, ingresó
en el noviciado de la Compañía de Jesús. Realizó estudios
humanísticos en Chile y de regreso a Buenos Aires, en 1963, obtuvo
la licenciatura en Filosofía. Entre 1964 y 1966 fue profesor de
literatura y de psicología. Desde 1967 a 1970, estudió teología en
la Facultad de Teología del colegio máximo San José, de San
Miguel, donde también se licenció. Fue ordenado sacerdote en 1969.
Los dos años siguientes residió en España.
Luego fue maestro
de novicios y profesor de Teología. Desde 1973 fue Provincial de los
jesuitas en Argentina, y a partir de 1980, párroco en la diócesis
de San Miguel. En 1986 se trasladó a Alemania para completar su
tesis doctoral.
En 1992, Juan
Pablo II lo nombró obispo auxiliar de Buenos Aires, y en 1997,
coadjutor de la misma archidiócesis. Al año siguiente, a la muerte
del cardenal Antonio Quarracino, le sucedió en la sede de Buenos
Aires. Juan Pablo II lo nombró cardenal en 2001. Fue presidente de
la Conferencia Episcopal argentina de 2005 a 2011.
Es autor de los
libros Meditaciones para religiosos (1982), Reflexiones sobre la vida
apostólica (1986), Reflexiones de esperanza (1992), Diálogos entre
Juan Pablo II y Fidel Castro (1998), Educar: exigencia y pasión
(2003), Ponerse la patria al hombro (2004), La nación por construir
(2005), Corrupción y pecado (2006), Sobre la acusación de sí mismo
(2006), El verdadero poder es el servicio (2007), Mente abierta,
corazón creyente (2012).
Así piensa el Papa Francisco
En su predicación y declaraciones,
Jorge Mario Bergoglio ha sabido ir al núcleo de las cuestiones, de
un modo que no deja a nadie indiferente. Una selección de discursos
y documentos recientes de cuando era arzobispo de Buenos Aires
permite ver su manera de enfocar problemas de fe y cuestiones
sociales.
La vocación. Cuando rondaba los 17
años, un 21 de septiembre (día en que en Argentina los jóvenes
celebran el día del estudiante), se preparaba para salir a festejar
con sus compañeros. Pero decidió arrancar la jornada visitando su
parroquia. Cuando llegó, se encontró con un sacerdote que no
conocía y que le transmitió una gran espiritualidad, por lo que
decidió confesarse con él. “En esa confesión me pasó algo raro,
no sé que fue, pero me cambió la vida; yo diría que me
sorprendieron con la guardia baja”. Más de medio siglo después lo
interpreta así: “Fue la sorpresa, el estupor de un encuentro; me
di cuenta de que me estaban esperando. Eso es la experiencia
religiosa: el estupor de encontrarse con alguien que te está
esperando. Desde ese momento para mí, Dios es el que te ‘primerea’.
Uno lo está buscando, pero Él te busca primero. Uno quiere
encontrarlo, pero Él nos encuentra primero”.
“Primero, se lo dije a mi papá y le
pareció muy bien. Pero la reacción de mi mamá fue diferente. La
verdad es que la vieja se enojó mal” (El Jesuita. Conversaciones
con el cardenal Jorge Bergoglio, SJ., Sergio Rubín y Francesca
Ambrogetti, Vergara editor, pp. 45-47).
FE Y NUEVA EVANGELIZACIÓN
Nueva evangelización: “No podemos
permanecer en un estilo ‘clientelar’ que, pasivamente, espera que
venga ‘el cliente’, el feligrés, sino que tenemos que tener
estructuras para ir hacia donde nos necesitan, hacia donde está la
gente, hacia quienes deseándolo no van a acercarse a estructuras y
formas caducas que no responden a sus expectativas ni a su
sensibilidad. Tenemos que ver, con gran creatividad, cómo nos
hacemos presentes en los ambientes de la sociedad haciendo que las
parroquias e instituciones sean instancias que lancen a esos
ambientes. Revisar la vida interna de la Iglesia para salir hacia el
pueblo fiel de Dios. La conversión pastoral nos llama a pasar de una
Iglesia ‘reguladora de la fe’ a una Iglesia ‘transmisora y
facilitadora de la fe’”.(El Jesuita. pp. 77-78)
[En Buenos Aires] Buscamos el contacto
con las familias que no frecuentan la parroquia. En lugar de ser solo
una Iglesia que acoge y que recibe, tratamos de ser una Iglesia que
sale de sí misma y que va hacia los hombres y las mujeres que no la
frecuentan, que no la conocen, que se han ido, indiferentes.
Organizamos misiones en las plazas públicas, en las que se reúne
mucha gente: rezamos, celebramos la misa, proponemos el bautismo que
administramos tras una breve preparación. Es el estilo de las
parroquias y de la misma diócesis. Además de esto, tratamos de
llegar a las personas que se encuentran lejos mediante los medios
digitales, la red y los mensajes cortos. (Entrevista con Andrea
Tornielli para Vatican Insider, 24-02-2012)
“Dios vive en la ciudad y la Iglesia
vive en la ciudad. La misión no se opone a tener que aprender de la
ciudad –de sus culturas y de sus cambios- al mismo tiempo que
salimos a predicarle el evangelio. Y esto es fruto del evangelio
mismo, que interactúa con el terreno en el que cae como semilla”.
(25 agosto 2011)
Año de la fe: “Cuando no se transita
por la puerta de la Fe, la puerta se cierra, la Iglesia se encierra,
el corazón se repliega y el miedo y el mal espíritu ‘avinagran’
la Buena Noticia. Cuando el Crisma de la Fe se reseca y se pone
rancio, el evangelizador ya no contagia sino que ha perdido su
fragancia, constituyéndose muchas veces en causa de escándalo y de
alejamiento para muchos.
El que cree es receptor de aquella
bienaventuranza que atraviesa todo el Evangelio y que resuena a lo
largo de la historia, ya en labios de Isabel: ‘Feliz de ti por
haber creído’, ya dirigida por el mismo Jesús a Tomás: ‘¡Felices
los que creen sin haber visto!’” (9 junio 2012)
FAMILIA
El respeto a la vida: “El
aborto nunca es una solución. Debemos escuchar, acompañar y
comprender desde nuestro lugar a fin de salvar las dos vidas:
respetar al ser humano más pequeño e indefenso, adoptar medidas que
pueden preservar su vida, permitir su nacimiento y luego ser
creativos en la búsqueda de caminos que lo lleven a su pleno
desarrollo”. (16 septiembre 2012)
“La batalla contra el aborto la sitúo
en la batalla a favor de la vida desde la concepción. Esto incluye
el cuidado de la madre durante el embarazo, la existencia de leyes
que protejan a la mujer en el post parto, la necesidad de asegurar
una adecuada alimentación de los chicos, como también el brindar
una atención sanitaria a lo largo de toda una vida, el cuidar a
nuestros abuelos y no recurrir a la eutanasia (El Jesuita, pg. 91)
Individualismo: “La puerta
cerrada es todo un símbolo de este hoy. Es algo más que un simple
dato sociológico; es una realidad existencial que va marcando un
estilo de vida, un modo de pararse frente a la realidad, frente a los
otros, frente al futuro. La puerta cerrada de mi casa, que es el
lugar de mi intimidad, de mis sueños, mis esperanzas y sufrimientos
así como de mis alegrías, está cerrada para los otros. Y no se
trata solo de mi casa material, es también el recinto de mi vida, mi
corazón. Son cada vez menos los que pueden atravesar ese umbral. La
seguridad de unas puertas blindadas custodia la inseguridad de una
vida que se hace más frágil y menos permeable a las riquezas de la
vida y del amor de los demás”. (1 octubre 2012)
Divorciados vueltos a casar: [A
los divorciados que están en una nueva unión les diría] “que se
integren a la comunidad parroquial, que trabajen allí porque hay
cosas en una parroquia que las pueden hacer ellos. Que busquen ser
parte de la comunidad espiritual, que es lo que aconsejan los
documentos pontificios y el Magisterio de la Iglesia. El Papa señaló
que la Iglesia los acompaña en esta situación. Es cierto que a
algunos les duele no poder comulgar. Lo que hace falta en estos casos
es explicarle bien las cosas. Existen casos en que esto resulta
complicado. Es una explicación teológica que algunos sacerdotes
exponen muy bien y la gente entiende”.(El Jesuita, pág. 91)
Matrimonio gay: “Está en
juego la identidad, y la supervivencia de la familia: papá, mamá e
hijos. Está en juego la vida de tantos niños que serán
discriminados de antemano privándolos de la maduración humana que
Dios quiso se diera con un padre y una madre. Está en juego un
rechazo frontal a la ley de Dios, grabada además en nuestros
corazones. No seamos ingenuos: no se trata de una simple lucha
política; es la pretensión destructiva al plan de Dios. No se trata
de un mero proyecto legislativo (éste es solo el instrumento) sino
de una ‘movida’ del padre de la mentira que pretende confundir y
engañar a los hijos de Dios”. (8 julio 2010)
SOCIEDAD
El relativismo y el poder, dos
tentaciones para la política: “Esta ‘locura’ del
mandamiento del amor que propone el Señor y nos defiende en nuestro
ser aleja también las otras ’locuras’ tan cotidianas que mienten
y dañan y terminan impidiendo la realización del proyecto de
Nación: la del relativismo y la del poder como ideología única. El
relativismo que, con la excusa del respeto de las diferencias,
homogeniza en la transgresión y en la demagogia; todo lo permite
para no asumir la contrariedad que exige el coraje maduro de sostener
valores y principios.
El relativismo es, curiosamente,
absolutista y totalitario, no permite diferir del propio relativismo,
en nada difiere con el ’cállese’ o ’no te metas’. El poder
como ideología única es otra mentira. Si los prejuicios ideológicos
deforman la mirada sobre el prójimo y la sociedad según las propias
seguridades y miedos, el poder hecho ideología única acentúa el
foco persecutorio y prejuicioso de que ’todas las posturas son
esquemas de poder’ y ’todos buscan dominar sobre los otros’. De
esta manera se erosiona la confianza social que, como señalé, es
raíz y fruto del amor”. (25 mayo 2012)
Justicia social: “La justicia
es la que alegra el corazón: cuando hay para todos, cuando uno ve
que hay igualdad, equidad, cuando cada uno tiene lo suyo. Cuando uno
ve que alcanza para todos, si es bien nacido, siente una felicidad
especial en el corazón […] Qué despreciable en cambio el que
atesora solo para su hoy, el que tiene un corazón chiquito de
egoísmo y solo piensa en manotear esa tajada que no se llevará
cuando se muera. Porque nadie se lleva nada. Nunca vi un camión de
mudanza detrás de un cortejo fúnebre. Mi abuela nos decía: la
mortaja no tiene bolsillos”. (7 agosto 2012)
Desencanto: “El desencanto
tiene una dimensión escatológica. Ataca indirectamente, poniendo
entre paréntesis toda actitud definitiva y, en su lugar, propone
esos pequeños encantamientos que hacen de ’islas’ o de ’tregua’
frente a la falta de esperanza ante la marcha del mundo en general.
De ahí que la única actitud humana para romper encantamientos y
desencantos es situarnos ante las cosas últimas y preguntarnos: en
esperanza ¿vamos de bien en mejor subiendo o de mal en peor bajando?
Y surge entonces la duda. ¿Podemos responder? ¿Tenemos, como
cristianos, la palabra y los gestos que marquen el rumbo de la
esperanza para nuestro mundo?” (8 mayo 2011)
Trata de personas: “Hoy en
esta Ciudad queremos que se oiga el grito, la pregunta de Dios:
¿Donde está tu hermano? (…) Quizá alguno pregunte: ¿Qué
hermano? ¿Dónde está tu hermano esclavo? ¿El que estás matando
todos los días en el taller clandestino, en la red de prostitución,
en las ranchadas de los chicos que usás para mendicidad, para
’campana’ de distribución de droga, para rapiña y para
prostituirlos…? ¿Dónde está tu hermano el que tiene que trabajar
casi de escondidas de cartonero porque todavía no ha sido
formalizado… ¿Dónde está tu hermano? Y frente a esa pregunta
podemos hacer, como hizo el sacerdote que pasó al lado del herido,
hacernos los distraídos; como hizo el levita, mirar para otro lado
porque no es para mí la pregunta sino que es para otro. ¡La
pregunta es para todos! ¡Porque en esta Ciudad está instalado el
sistema de trata de personas, ese crimen mafioso y aberrante!” (25
septiembre 2012)
ACCIÓN DE LA IGLESIA
Peligro de perderse en lo mundano: “El
peor daño que puede pasar a la Iglesia: caer en la mundanidad
espiritual […] Esa mundanidad espiritual de hacer lo que queda
bien, de ser como los demás, de esa burguesía del espíritu, de los
horarios, de pasarla bien, del estatus”. (2 septiembre 2012)
Servir: El cardenalato es un
servicio, no es un honor para enorgullecerse. La vanidad, el alardeo,
son una actitud espiritualidad mundana, que es el peor pecado de la
Iglesia. (…) El arribismo, la búsqueda del éxito, pertenecen
plenamente a esta espiritualidad mundana. (Vatican Insider,
24-02-2012)
Escándalos: Es una invitación
para ver a la Iglesia santa y pecadora, a ver ciertas faltas y
ciertos pecados sin perder de vista la santidad de tantos hombres y
de tantas mujeres que actúan en la Iglesia de hoy. No debo
escandalizarme porque la Iglesia es mi madre: debo ver los pecados y
las faltas como si viera los pecados y las faltas de mi mamá. Y
cuando me acuerdo de ella, recuerdo sobre todo muchas cosas bellas y
buenas que hizo, no tanto de las faltas o de sus defectos. Una madre
se defiende con el corazón lleno de amor, antes de usar la palabra.
Me pregunto si en el corazón de muchos de los que entran en esta
dinámica de los escándalos habrá amor por la Iglesia. (Vatican
Insider, 24-02-2012)
La Curia Romana: Yo la veo y la
vivo como un organismo de servicio, un organismo que me ayuda y me
sirve. A veces llegan noticias no tan buenas, a menudo ampliadas y a
veces manipuladas con amarillismo. (…) La Curia romana tiene
defectos, pero me parece que se subraya demasiado el mal y demasiado
poco la santidad de tantísimas personas consagradas y laicas que
trabajan allí. (Vatican Insider, 24-02-2012).
Bergoglio durante la dictadura militar
La actuación de la Iglesia argentina
durante la dictadura militar (1976-1983) ha sido un asunto debatido
al revisar ese doloroso pasado. En un país de gran mayoría
católica, había católicos tanto entre los guerrilleros que
quisieron cambiar el sistema con la violencia como entre los que
apoyaron la posterior represión de la dictadura militar. A la
jerarquía eclesiástica de entonces se le ha reprochado que no se
opusiera frontalmente al régimen, aunque se reconoce que obispos y
otros eclesiásticos hicieron múltiples gestiones para salvar vidas
de los detenidos durante la dictadura.
Jorge Bergoglio no era entonces obispo,
sino provincial de los jesuitas argentinos (cabeza de la orden en ese
país) de 1973 a 1979. En mayo de 1976 la policía del régimen
militar secuestró a dos jesuitas –Orlando Yorio y Francisco
Jalics– que vivían y hacían su labor en barrios de chabolas de
Buenos Aires, acusándoles de ser guerrilleros. Estuvieron encerrados
en la Escuela Mecánica de la Armada (ESMA), uno de los principales
centros clandestinos de detención y tortura del régimen. Los
obispos –y Bergoglio, según sus propias declaraciones– hicieron
gestiones para que fueran liberados, lo que se produjo cinco meses
después.
Cuando Bergoglio se enemistó con el
gobierno de Néstor Kirchner, el periodista político Horacio
Verbitsky, de tendencia afín al gobierno, acusó a Bergoglio de
haber delatado a los dos jesuitas, haciendo posible que los
secuestraran. Francisco Jalic, que vive en Alemania, había hecho ya
esta acusación en 1995. Las acusaciones periodísticas no generaron
ninguna imputación.
Gestiones ante la Junta
Bergoglio contestó a las acusaciones
en el libro El jesuita, una biografía del actual Papa publicada en
2010, obra de los periodistas Sergio Rubín y Francesca Ambrogetti.
“Nunca creí –dice– que estuvieran involucrados en actividades
subversivas como sostenían sus perseguidores, y realmente no lo
estaban. Pero, por su relación con algunos curas de las villas de
emergencia, quedaban demasiado expuestos a la paranoia de la caza de
brujas. Como permanecieron en el barrio, Yorio y Jalic fueron
secuestrados durante un rastrillaje. La misma noche en que me enteré
de su secuestro, comencé a moverme. Cuando dije que estuve dos veces
con [el dictador Jorge] Videla y dos con [el jefe de la Armada]
Massera fue por el secuestro de ellos”.
Hace dos años Bergoglio declaró como
testigo en el segundo juicio sobre los crímenes en la ESMA. Allí
relató su actuación durante el secuestro de los dos jesuitas,
detallando sus gestiones ante Videla y Massera para que fueran
liberados.
Una de las fundadoras de las Abuelas de
la Plaza de Mayo, Alicia Licha de la Cuadra, le acusó también de
haber intervenido en algún caso de robo de bebés nacidos de
detenidas durante la dictadura, y pidió que fuera citado a declarar.
Las Abuelas de la Plaza de Mayo han hecho numerosas acusaciones
contra la actuación de la jerarquía católica. Bergoglio replicó
que se trataba de una acusación calumniosa, y el asunto no tuvo
ninguna repercusión legal.
Ayuda a perseguidos
Bergoglio no era un hombre dado a hacer
declaraciones, y en muchos casos pensaba que el silencio es la mejor
respuesta. Sin embargo, en su entorno se recuerdan historias sobre su
papel para ayudar y sacar del país a jóvenes perseguidos por la
dictadura.
Según informa el diario argentino La
Nación (14-03-2013), “la mayor defensora de la actuación de
Bergoglio es Alicia Oliveira, que fue jueza durante la dictadura y
abogada del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS). Ella afirma
que Bergoglio advirtió a los sacerdotes Jalics y Yorio del peligro
que corrían y que ellos no le hicieron caso”. Oliveira asegura que
Bergoglio la salvó de la dictadura militar.
Otra que desmiente las acusaciones es
Clelia Luro, que fue secretaria y después mujer de Mons. Jerónimo
Podesta, el “obispo rojo” de Avellaneda, que dejó su puesto
episcopal para unirse a ella. Sobre el caso de los dos jesuitas,
dice: “Es una calumnia, Bergoglio trató de protegerlos
advirtiéndoles del peligro” (Le Monde, 26-10-2007). Clelia Luro
recuerda con emoción que “Bergoglio fue el único obispo que vino
a ver a mi marido al hospital, poco antes de morir en 2000”. En el
mismo reportaje del diario francés, se recordaba que fue el único
representante del episcopado que asistió el 9 de octubre de 1999 al
traslado de los restos mortales del padre Carlos Mújica a Villa 31,
un barrio de chabolas de la capital en el que trabajaba hasta que fue
asesinado por paramilitares en 1974. “Gracias a Bergoglio mi
hermano reposa entre los que amaba”, dice Marta, hermana de Mújica.
Libros del Papa Francisco
Los libros del actual Papa Francisco,
Jorge Mario Bergoglio, todavía no están a la venta fuera de
Argentina, aunque es de esperar que algunos vean pronto su edición
en el extranjero. El último de ellos, publicado en la editorial
Claretiana de Argentina se titula Mente abierta, corazón creyente
(2012). Se trata de cuatro retiros espirituales, predicados por el
autor, dirigidos a seglares y sacerdotes. Su finalidad es reflexionar
sobre la propia vida a la luz de la Palabra de Dios y descubrir su
presencia en la vida cotidiana.
Escribe en este libro el entonces
cardenal Bergoglio: “El mismo Señor nos recomienda estar atentos.
Él me busca. No busca al voleo sino a cada uno y según el corazón
de cada uno. La vigilancia es el esfuerzo para encontrar la sabiduría
de saber discernirlo y encontrarlo. A veces el Señor pasa al lado
nuestro y no lo vemos o, de tanto ‘conocerlo’, no lo reconocemos.
Nuestra vigilancia es oración que nos hace retenerlo cuando él
pase”.
La obra tiene cuatro apartados: el
primero se titula “Los diálogos de Jesús” y explica el
acercamiento de Cristo a nuestra vida. El segundo tiene como hilo
conductor la meditación sobre la Epifanía, el misterio de la
manifestación del Señor. La tercera parte nos habla de las cartas
del Apocalipsis dirigidas a las siete Iglesias y su implicación con
la doctrina católica. La cuarta se llama “Nuestra carne en
oración”, donde habla de cuestiones como la relación entre la
vida cotidiana y la oración, el abandono en manos de Dios, y el
sentido de la experiencia de los límites y de la muerte para los
cristianos.
Otros libros suyos son: Meditaciones
para religiosos (1982), Reflexiones sobre la vida apostólica (1986),
Reflexiones de esperanza (1992), Diálogos entre Juan Pablo II y
Fidel Castro (1998), Educar: exigencia y pasión (2003), Ponerse la
patria al hombro (2004), La nación por construir (2005), Corrupción
y pecado (2006), Sobre la acusación de sí mismo (2006), El
verdadero poder es el servicio (2007).