jueves, 30 de julio de 2009

19 consejos para escribir de J. R. Ayllón

* Lo primero hes conozer vien la hortografia.
* Cuide la concordancia, el cual son necesaria para que Vd. no caigan en aquellos errores.
* Y nunca empiece por una conjunción.
* Evite las repeticiones, evitando así repetir y repetir lo que ya ha repetido repetidamente.
* Use; correctamente. Los signos: de, puntuación.
* Trate de ser claro; no use hieráticos, herméticos o errabundos gongorismos que puedan jibarizar las mejores ideas.
* Imaginando, creando, planificando, un escritor no debe aparecer equivocándose, abusando de los gerundios.
* Correcto para ser en la construcción, caer evite en transposiciones.
* Tome el toro por las astas y no caiga en lugares comunes.
* Si Vd. parla y escribe en castellano, O.K.
*¡Voto al chápiro!... creo a pies juntillas que deben evitarse las antiguallas.
* Si algún lugar inadecuado en la frase es para un verbo poner colgado, el final de un párrafo lo es.
* ¡Por amor del cielo! ¡No abuse de las exclamaciones!
* Pone cuidado en las conjugaciones cuando escribáis.
* No utilice nunca doble negación.
* Es importante usar los apóstrofo's correctamente.
* Procurar nunca los infinitivos separar demasiado.
* Relea siempre lo escrito, y vea si palabras.
* Con respecto a frases fragmentadas.

El tercero de Ángel Esteban

Ídolos rotos
Hace unos días me refería al problema de los menores depravados, con los que no sabemos qué hacer. Y estimaba que la única manera de arreglar el problema era mediante una sana y esmerada educación, donde padres y profesores tienen que recuperar el prestigio de antaño. Pero existe un peligro, demoledor, en la (de)formación de los niños: los falsos ídolos. Menos mal que el destino, la casualidad y el espíritu cervantino y machadiano nos coloca delante gente magnífica como Alberto Contador, Miguel Induráin, Rafa Nadal, Iker Casillas o Andrés Iniesta, que demuestran que todavía es posible un mundo mejor, pero deberíamos hacer mucho énfasis en lo que yace escondido detrás del oropel del éxito: el esfuerzo, la constancia, la honestidad, la sencillez, la simpatía, la generosidad de todos ellos. Los niños de hoy quieren ganar el Tour pero sin padecer el calor y el frío, simplemente presionando unas teclas de la Play Station. Y eso en el mejor de los casos. Porque la sociedad, muy a menudo, nos obliga a tomar como ídolos a seres deleznables en su condición moral
No entiendo, por ejemplo, todo el show mediático que ha habido en torno a Michael Jackson. Debo reconocer que tengo discos de él, que me parece un magnífico cantante, un insuperable bailarín y un compositor excelente. Pero también debo decir que es un atentado contra la dignidad humana los cientos de horas que se han dedicado a glosar sus perjúmenes. Por una razón muy sencilla: es nocivo no sólo para los niños, sino para toda la sociedad, sugerirlo como modelo de hombre, como víctima, como héroe, etc., cuando todos sabemos que era sospechoso de pederastia, y que su obsesión por dormir constantemente con niños, incluso pagando, era enfermiza, por no hablar de peores adicciones. Decía Platón que el arte y la literatura no deben ofrecer ejemplos negativos y perniciosos de la vida, ni siquiera para denunciar el horror, porque inducen al mal comportamiento. Al revés, la literatura y el arte deberían manifestar modelos de buena conducta, porque así el hombre puede imitarlos. Platón defiende que la belleza está estrechamente ligada a la bondad y a la virtud, y debe servirlas para conseguir la perfección de los individuos y la sociedad. Independientemente del acierto o no de Platón en esos juicios, lo que sí es verdad es que si los medios de comunicación nos machacan con figuras que en lo humano son más o menos esperpénticas (Pocholo, Falete), el común de los mortales tendemos a ver eso como lo “normal”, y nuestra percepción de lo viable se escora hacia patrones nefastos.

martes, 28 de julio de 2009

Apaños menores en paños menores 1

Otro de Ángel Esteban del Campo:

Apaños menores en paños menores

Uno de los temas candentes estos días es qué vamos a hacer con nuestros menores, que adquieren en ocasiones una “madurez” vertiginosa y peligrosísima para hacer el mal. Se habla sobre la conveniencia o no de rebajar la edad penal, la edad para ingresar en prisión o privar de libertad a un individuo, de sus consecuencias positivas (retirar a un violador de un posible campo de acción) y negativas (encerrar a un mocoso de trece años puede acabar con la integración del menor para toda la vida, que se presume larga), se habla de la naturaleza y finalidad de los castigos, etc.

Pero pocas veces se mete el dedo en la llaga. Eso significa preguntarse: ¿por qué un chico de once años es capaz de cometer esas barbaridades? Yo echo la vista atrás y veo que todos los desmanes que he cometido en mi vida, que han sido muchos, nunca fueron antes de la adolescencia tardía. No es un tópico típico decir que la educación hace treinta años era mucho mejor que la actual: los padres eran otros (aunque hubieran sido educados en el severo, represor y aburrido franquismo), los maestros y los planes de estudio eran otros (aunque hubieran sido emanados de leyes franquistas). Todo esto es políticamente incorrecto decirlo, y a estos dedos que han escrito cientos de páginas contra las dictaduras, puede ahora cualquier pelagatos decirle que son unos fascistas por defender la educación de los sesenta y setenta, pero es la verdad de la verdad. Cuando yo tenía doce o trece años, mi mayor perversión era hacer trampas en el fútbol o en el escondite, o rebanarle las colas a las lagartijas, y un profesor era un espacio sagrado, inviolable, y un padre era alguien digno de respeto, y una niña era una compañera de juegos.

Creo que la solución a esos problemas actuales está mucho más en el fondo: equivocados modelos de educación, equivocados modelos de sociedad, equivocados modelos de familia, falsos conceptos de libertad, falsos conceptos de trato a los hijos, a los que no se puede ni tocar, ni rozar, ni asustar, ni incomodar, vaya a ser que se traumaticen y, sobre todo, abrirle la puerta de la casa al enemigo, a través de la televisión e internet. Un niño no tiene criterio para saber qué está bien o mal, y una película, un juego o un comic con sexo o violencia van a dejar una huella en su mente cuyas consecuencias no podemos llegar a prevenir. A la tele y al ordenador hay que ponerle, hasta cierta edad, unos horarios y un acceso restringido, porque nos jugamos no sólo la estabilidad familiar, sino una reata de conflictos sociales de alcance planetario.

Salvar a Rayan

Como he estado unos días vagueando aprovecho hoy y mañana para colocar un par de artículos que mi amigo Ángel Esteban del Campo (Profesor de Literatura Hispanoamericana en la Universidad de Granada) ha colocado y espera colocar mañana en El ideal

"Salvar a Rayan

La noticia ha conmocionado a toda España. El recién nacido, sietemesino, hijo de la primera víctima mortal de la nueva gripe, acaba de morir, por un “terrorífico error” de una enfermera. Todos los periódicos recogen la noticia en su primera página, y los telediarios dedican al suceso más minutos que al resto de la actualidad, incluidos los obscenos millones del Madrid por unas cuantas piernas.
Y así es como debe ser. Una vida humana vale más que cualquier otra realidad, y una muerte trágica merece la atención, la solidaridad y todos los sentimientos positivos de acogida que el hombre sea capaz de generar. No hay gesto más desgarrador que el semblante cabizbajo de un expadre y exmarido, de veintipocos años, que hace unas semanas era el hombre más feliz del mundo, y ahora sólo balbucea que lo primero es enterrar a su hijo, y después ya hará lo que tenga que hacer con los abogados. Estoy seguro de que, si pudiéramos, cada uno de nosotros lo abrazaría y lo acompañaría, sabiendo que todo es poco para quien nunca recibirá el consuelo suficiente, por mucho que una ministra bienintencionada, honesta y trinitaria cumpla con la obligación institucional de darle un pésame sentido y sincero.

Lo que no me termina de cuadrar es el silencio hipócrita que hay alrededor de tantos Rayan que, en lugar de tener siete meses y una semana, tienen seis, cinco, cuatro o tres meses, y cuyas únicas diferencias con el Rayan original es no haber salido del vientre de la madre y también, quizá, unos cuantos centímetros -no muchos- de tamaño. Son Rayan que, por el hecho de no haber tenido que salir precipitadamente del seno materno, o no ser aún viables fuera de él, son opacamente desestimados, por la razón que sea, para la existencia, para la duración temporal. Y nadie dice nada, y las leyes de esos que dan el pésame institucional al Rayan original, amparan la masacre. A mí me gustaría que por cada aborto español, los telediarios dedicaran al menos los mismos minutos y los periódicos las mismas portadas que a Rayan, y nos dijeran el nombre de los apenados padres, nos contaran su historia, el pisito que se estaban comprando, la cara de vacío de la pobre abuela que ya no será abuela, al menos de momento, y ternuras del estilo. Si queremos de verdad salvar a Rayan, si queremos ser un Tom Hanks dirigiendo un grupo de hombres absolutamente entregados a la recuperación de Matt Damon bajo las órdenes de un genial Spielberg, tenemos que empezar por ser solidarios con todos los Rayan presietemesinos, aunque todavía no sean soldados."

martes, 21 de julio de 2009

Serafínes del Averno

Oficios inverosímiles: destructor de informes periciales
Serafín "El Bonito" no es un personaje de Valle-Inclán, tampoco es un espectro del pasado, sino que, como el personaje machadiano, don Serafín "no es de ayer, ni es de mañana, / sino de nunca; de la cepa hispana". "El Bonito" se ha reingresado en el Cuerpo Nacional de Policía después de una excedencia de pocos años. Brisas de perfumería y vaharadas de veguero de Vuelta Abajo todavía le preceden por los laberintos del Ministerio de la (Des)Gobernación, que ahora denoniman de "Interior". En el interior más interno del Interior, su magín incesante, imagina esperpénticas tramas y versiones para hacer tragar a los españolitos el insufrible dolor de unas bombas que se llevaron doscientas vidas.
Para que cuele, se necesita deformar los datos con matemática de espejo cóncavo. Por el momento, los jueces incorruptibles de Nüremberg, los Spencer Tracy de "Vencedores y vencidos", se han ido a pasear al callejón de Gato (Juan Álvarez Gato, junto a Sol) para ofrecernos el esperpento, esa deformación grotesca de juicio que fue el del 11-M (¡Vale ya!). Una versión oficial a la que le crecen los agujeros como si la estuviera perforando la tuneladora de Gallardón.
Ayer mismo, parece haberse enterado un señora Juez de que los TEDAX destruyeron pruebas y amañaron informes periciales en dependencias interiores, muy interiores, íntimas, de edificios del Ministerio de lo Interno. Serafín El Bonito- anillacos de oro agitando y rizos flamencos- aventa a los curiosos con mucha tranquilidad. Tiene la conciencia segura de que si algún presidiario, o candidato a serlo, no catalán pregunta "¿Qué dirá mañana la Prensa canalla?". Lza respuesta invriable será idéntica a la de Max Estrella: "Lo que le manden".
Y nosotros aquí, a masticar ortigas.

lunes, 20 de julio de 2009

Yo que he servido al Rey de Inglaterra

Oficios inverosímiles: sablista callejero

Mientras los vándalos que hemos criado en nuestro seno se dedican a horrorizarnos (veánse los últimas violaciones de menores, por menores, en las playas de la culta comunidad del sur), procuro disfrutar de los escasos días que me quedan de vacaciones. Hoy regreso al "libro de los gorriones" para contar a mis lectores (dos) otro de los oficios inverosímiles: El de sablista callejero. Para hacerlo le tomo prestado el título a Bohumil Hrabal que escribió una novela cuyo protagonista era un camarero y cuyo título es el que usufructo.
El sablista callejero existe.
Heredero de Pedro Luís Galvez (ese poeta canalla y modernista al que han intentado inmortalizar Valle-Inclán en "Luces de Bohemia"y Juan Manuel de Prada- "Las máscaras del héroe"-); nuestro sablista se parece a Tip. A diferencia de su antecesor, no se le conoce todavía ningún "Arte del sable", como se le atribuyó al encanallado bohemio de principios de siglo. Como Luís Sánchez Pollack, nuestro sablista tiene alta estatura, delgado talle, gafas de concha y bigotillo lacio. Como Luis Sánchez Pollack habla siempre en camelo y no dice palabra que se pueda tener por verdadera. Se le puede encontrar en la calle Ortega y Gasset o, como mucho, rastreando Serrano entre Padilla y Diego de León, a la caza de una víctima con cara de número primo. Trabaja tanto la acera de los pares como la de los impares, aunque esto depende, lógicamente, de la estación del año. Si va usted bien vestido y tiene cara de ingenuo- tal es mi caso- se le acercará y le saludará como si fuera usted un viejo conocido. A continuación, le espetará: "Yo le he servido a Usted" y le lanzará una milonga sobre un bistrot esquinero que daba a la Castellana. El siguiente paso es pedirle dinero a través de una historia lacrimógena.
Como la Providencia es justa, al menda, amén de cara de tonto le dotó de una memoria pasable. Gracias a ella lo he reconocido cinco veces en los últimos seis años y me he adelantado a su jugada con un: "Se confunde usted con otro". Ese "otro" con el que me confunde existe y no es "otro" que mi hermano José María, al que el sablista aguarda con ansia acumulada de dos lustros ...

martes, 14 de julio de 2009

Oficios inverosímiles: Acaparador de ayudas sociales

Entre las fatigosas- y a veces extenuantes- formas de vivir sin trabajar una de las más modernas es, sin duda, la de acumulador de ayudas de los servicios sociales. Voy a intentar describirla.

Como suele suceder en este tipo de oficios, se precisa una triple moral alternativa, una moral heterónoma en el sentido de que son diversas las normas a aplicar según se trate "del menda", de "los míos" y/o "del resto de la humanidad". Si usted es de los que piensa que las normas éticas deberían regir con igual validez para todos los seres humanos, debe renunciar ahora mismo al carnet de agiotista de lños fondos sociales. Si, por el contrario, cree usted que, como decía Sartre, "la conciencia es una nada"; y que a la nada no hay que hacerle caso; entonces tiene todas las condiciones para convertirse en devengador de múltiples subsidios por el procedimiento que explicaré a continuación; aunque, es preciso advertirle que se necesita paciencia, resolución y valor. Si posee esas cualidades, adelante:

1.- El primer paso es pertenecer o vincularse a alguna minoría considerada como marginada por la inteligentsia dominante. Si no pertenece usted a ese grupo social o étnico, puede crear uno con sus amigos, basta con hacer las cosas que han facilitado a algunos de esos grupos el acceso a la marginación. En general, suele ayudar lo siguiente:
a) Aislarse física y socialmente mediante la creación de un gueto.
b) Practicar rigurosa endogamia.
c) Comunicarse con una jerga de gueto y aljama.
d) Tener leyes distintas entre ustedes y el resto de los mortales.
e) Practicar actividades molestas o insalubres -mejor las últimas- para el vecindario y exigir el respeto a su libertad cuando intervengan los municipales.
f) Crear jeraquías internas y escalafones endógenos.

A todas estas cuestiones puede ayudar el darse a una religión siempre que no sea la cristiana , en un país de tradición cristiana. Es decir, en España, puede tener usted más éxito si funda la "Sociedad holística del Karma para la Tierra Pura", que si se hace baptista o cartujo.

2.- Es imprescindible una asociación. Pero no una ONG. El tiempo de las oenegés ha pasado, así que quítese de su cabeza el fundar la oenegé "Luis Candelas" de ayuda a la comunidad delincuente en el exterior de las cárceles o la oenegé "Pub Edén" para luchar contra el racismo y la xenofobia de los camioneros europeos en los bares de copas y otros locales nocturnos. Eso era posible cuando lo del "0'7% ya!", ahora no. Su asociación debe defender el derecho a modos alternativos de vida, familia y comunidad, especialmente cuando sean, como he dicho antes, chocantes, molestos o insalubres.

3.- Consiga ser pobre , empobrézcase despilfarrando, y, si a pesar de ello tiene la mala suerte de que le toca la bonoloto: parézcalo. Usted también puede parecer pobre si no se lava ni se cambia de ropa durante el tiempo suficiente (Long life to the rubish!). Una buen clip de denuncia en un telediario -bien mugriento, anthigiénico y sarnoso- a la hora de comer, le proporcionará una valiosa publicidad.

4.- Afíliese a un partido en poder y convénzales de que en su gueto pueden comprar votos.

5.- Entre en contacto con un gabinete de abogados sin clientes y convénzales para que gestionen ellos las ayudas que ustedes van a solicitar. Es difícil que se nieguen si ven posibilidad de llevarse un 2%.

Como ejemplos prácticos pongo algunas de las ayudas que usted puede solicitar y el método adecuado:

a) Ayudas a la escolarización: Si usted tiene un hijo y una hija, no importa de que matrimonio, puede hacer del primero un absentista escolar (su retoño estarás encantado) y con un poco de motivación puede conseguir que lo acepten en alguna banda juvenil peligrosa. A partir de ahí, tiene un pellizco fácil, facil.
Respecto a la hija... No voy a exponer las diversas esclavitudes que un sujeto sin escrúpulos -eso es de lilas- puede hallar para una chica, basta con que se justifique ante los servicios sociales alegando que "como somos pobres - y usted ha hecho todo lo posible para serlo- necesito del trabajo de la niña". Casi siempre pican.

2) Ayudas a la mujer maltratada: De común acuerdo, maltrate a su mujer, seguro que le dan algo, después, vuelva a maltratarla para que lo comparta con usted.

3) Ayuda a colectivos sexualmente discriminados: por ejemplo, los heterosexuales feísimos, hambrientos y sin pareja. Lo que antes se llamaba "un salido". Es posible que toque la emotividad del expendedor de ayudas de su ayuntamiento.

4) Ayudas al desempleo: funcionan durante un tiempo. Basta con perder el trabajo y esto, últimamente es más fácil en España que en ningún otro país de la UE.

5) Ayudas a la discapacidad: Eso es también bastante fácil para una persona de moral alternativa y triple porque conseguir un discapacitado (no lo va ha hacer todo uno mismo) en estas ciudades nuestras llenas de coches, macetas en los balcones, escaleras, huecos del ascensor o, simplemente, sábados por la noche; está chupado. Si no tiene valor para darle el empujoncito a su candidato a la minusvalía, siempre puede insultar a un portero de discoteca durante el tiempo necesario. Nunca falla.

6) Ayudas a la recuperación de la memoria histórica: Rebusque entre las víctimas de la represión franquista alguna con la que pueda guardar relación de parentesco, no importa si después se descubre que los que la victimaron no eran los franquistas, eso suele suceder tarde, cuando ya han aflojado la mosca, y siempre se tapa. Si no encuentra ninguna, invéntela, que tampoco se la van a reclamar.

Estos son sólo algunos escasos ejemplos espigados entre la Vía Láctea de las subvenciones posibles que genera la gran ubre pública (central, autónoma y municipal) en un país tan rico como España.

Quiero hacer constar, por si me lee algún chequista cultural o algún neofámulo de la Laica Inquisición, que el contenido y el tono de las presentes líneas es humorístico, y que mi itención no es criticar las ayudas sociales sino el roussonianismo y la falta de control en la concesión de las mismas. Lo menciono porque tengo muy averiguado lo mal dotados que suelen estar dichos comisarios en capacidad de ironía.

domingo, 12 de julio de 2009

Oficios inverosímiles: Redactor de anuncios por palabras

"Marta muerta, vendo Skoda Favorita"
El redactor de anuncios por palabras tiene un ego encogido y sincopado en el que el alma se repliega del vasto territorio del lenguaje, como en una retirada militar, para acabar hablando en parcos monosílabos. 
Los muy tramposos, comenzaron de alumnos redactando chuletas y, ya adultos, odian los microcuentos (por voluminosos); pues sólo leen con gusto esa biografías condensadas en formato de losa (DIN L569) que son los epitafios.
En el pasado, cuando el Barroco,  eran muy conceptistas, pero si se los psicoanaliza hoy día se descubre que el pensamiento se les ha vuelto gestalltiano y simbólico.
Si yo redactara anuncios por palabras únicamente conjugaría el verbo ser - y, siempre, en forma impersonal para parecer muy metafísico-. Lo digo porque sé de buena tinta que los diccionarios de los redactores de anuncios sin palabras sólo contienen siglas, vocablos comodín y vagos hiperónimos. A pesar de lo cual, lamentan no conocer el chino para poder escribir con menos rasgos.
Emboscados, fomentan la jerga eseemese y se comenta que se han quejado a la R.A.E. porque no se les acepta el uso taquigráfico ni el morse. En justo castigo, al final de los tiempos, cuando las trompetas apocalípticas les convoquen en el Juicio Final, lo harán con una única nota, y será semifusa.

sábado, 11 de julio de 2009

Sobre Carlos Morales y su poesía

Estos días he coincidido con el poeta tinerfeño Carlos Morales. Para celebrar las conversaciones que hemos tenido publico este poema suyo.

A propósito de Rubén Darío

Toda poesía es testimonio
de que el mundo no encaja en nuestra mente
y todavía menos en nuestra alma entera,
como no encaja nunca el mar contra la roca
y seguirá insistiendo más allá del cansancio
por rellenar el hueco del deseo,
por cumplir plenamente la ley que le dio vida.
Hoy termino un artículo sobre Rubén Darío,
uno más entre miles, tratando de explicar
definitivamente la clave del problema
persistente en su obra, en sus palabras,
en la música interna de su verso,
tan clara, tan perfecta y armoniosa
que parece imposible que el problema,
la clave del problema, durase tantos días,
tantos años, tantos versos perfectos,
tanos estudios críticos tratando de aclararlo,
tanto artículo inútil como el mío,
que ecplica ese problema y aún no sabe
cómo es que sufro tanto, cómo es que no proclamo
la clave del enigma de la vida,
para vivir en paz y después gloria,
que debe ser más bello, no lo dudo,
que escribir y escribir desde esta vida.
Toda poesía, en fin, es testimonio
de que el mundo no encaja en nuestra mente
y cuando encaje bien (yo no soy pesiista,
pese a todo), yo me jubilaré
con ese júbilo "donde ya no habrña llanto
ni gemido",pues ya sólo harán falta
esos libros científicos en los que enaja todo,
hasta las excepciones,
que no harán más que confirmar la regla.

Otro poema del autor que brindo a los escasos lectores de este blog misceláneo es el que el autor titula

POSIBILIDADES

A Eduardo Briales García

Esé bebé que mira el horizonte
y extiende impunemente su sonrisa
no puede eqivocarse.
No hay error en su vida ni en sus gestos,
no hay engaño en sus ojos:
aún no ha tenido tiempo
de robarle a este mundo su hermosura
y haberla malgastado
(Aún puede se nunca se la robe,
que contradiga nuestas experiencias
de todo lo que un hombre es y puede...)

Siese bebé que sabe todo lo necesario
para poder reír ante los vientos
de la tarde más fria del otoño;
si ese bebé que mira y juzga al mundo
con su sonrisa abierta, indiscutible,
me mirara un instante y sonriera....
aún sería posible que en mi vida
acontezca un milagro...

viernes, 10 de julio de 2009

Apología del sicófago

In honorem Buzzattiis

Ahora buscarán a un culpable, pero hace tiempo que necesitaba una reparación. La habían solicitado al Ministerio y a la Comunidad autónoma, a la Unión europea y a la UNESCO; pero nada: siempre hallaban otros proyectos más urgentes. El Ayuntamiento nunca tenía fondos suficientes. Eso es lo que dirán porque llevan mucho tiempo diciéndolo; pero el mal venía de lejos. Nadie podría fijar con precisión cuándo comenzó, únicamente el momento en que se produjo un desenlace que ya es inevitable ¿Quién lo habría podido imaginar?
El edificio había sido colegio de los jesuitas hasta la expulsión del a Compañía. Después se instituyó una Real Fábrica de Talla y Pulimentado de Piedras Duras, semejante a las que su majestad Carlos III había disfrutado en Capodimonte. Durante La Francesada albergó sucesivamente a los coraceros del general Hugo y a las partidas de El Empecinado y entrambos lo dejaron muy maltrecho. Veinte años después volvieron las bayonetas (carlistas e isabelinas) a esgrafiar sus injuras sobre los enyesados hasta que por los años de Narváez lo adquirió en un remate don Basiliso del Edén para almacenar leña y carbón vegetal: tan mal había quedado que apenas las paredes, los suelos y techumbre constituían su escasa utilidad.
Cuando murió el señor del Edén lo heredaron - para olvidarlo- los Gayanes, y desde entonces lo ocuparon pastores, gitanos y, más recientemente, emigrantes que periódicamente eran desalojados del recinto por un ayuntamiento temeroso, más que nada, de salir de responsable civil subsidiario en un juicio por accidente dentro del caserón.
Tan sólo buscaba una buena instantánea. Nada más. Había salido a pasear con Berta que, con la cara pegada al suelo, persiguiendo los vientos de una liebre maldita me llevó por ahí.
Al descubrir la higuera creciendo en mitad del muro tres veces centenario pensé: “¡Qué buena foto desde esa rama!”
Trepé por los desconchones y las llagas de los ladrillos de un contrafuerte hasta encaramarme en la cúspide. Desde allí, tras no pocas contorsiones, conseguí encaramarme a ahorcajadas sobre el tronco principal. Los higos estaban morados y parecían maduros, las gotas de resina azucarada perlaban la envoltura como granos de cuarzo en un óvalo de granito…
Arranqué la breva y too empezó a temblar. Las ramas se agitaban espasmódicas, las hojas se azoraron y me golpearon la cara durante un descenso tan apresurado como el volumen de mi temor.
En un punto perdí pie y descendí derecho raspándome el cuerpo entero contra la superficie del paredón. Una lluvia de brevas me acompañó hasta el suelo.
Jaleado por los ladridos de Berta, salí escopeteado por un lateral y un crujido inconfundible a la espalda me hizo saber que se estaba agrietando el murallón. “¡Dios mío, un agujero desenfilado, pronto, porque no voy a poder refugiarme en los taludes de la carretera!”
Con la cabeza protegida por los antebrazos vi la gran polvareda que levantó el paredón meridional en su desplome. De la nube ocre volaban hacia abajo tejas y sillarejo; fragmentos de ladrillo argamasado rodaban por la pendiente; piedra de relleno y piedras esquineras de jambas y dinteles, toda la mazonería del antiguo edificio se deslizaba por el canchal y alcanzó los vehículos aparcados en los arcenes de la carretera comarcal.
Se suspendió la corrida y una estampida de vecinos voló a sus casas para comprobar que una viga se había incrustado en un balcón o que unas tejas se habían estrellado como huevos sobre los suelos del comedor. La estatua de la fuente de arriba yacía mutilada y los automóviles reposaban en la paz de siniestro total. Una mano demente había sembrado vigas y fragmentos de albañilería en posiciones inverosímiles. La erupción del viejo caserón, como un Vesubio sin lava, había trazado su colada destructiva por el pueblo y gentes asombradas con mirada de insomne o de difunto observaban la ruina.
Permanecí escondido hasta que oscureció; después, subí a mi coche y tome el camino que evitaría a los bomberos y a Protección Civil. Desde entonces me oculto en casa. He pegado en la puerta un folio que informa a los vecinos de mis vacaciones durante todo el mes. Cuando se terminen los víveres, saldré- a las cuatro de la madrugada- a comprarlos en alguna gasolinera de servicio. Cada vez que llama el cartero espío por la mirilla para ver si trae la carta certificada que contendrá la citación judicial. A Berta la abandoné esa noche. Temo la ira popular. He pedido la excedencia en el cuerpo de Restauradores y Conservadores del Patrimonio y, lo peor de todo, han dejado de gustarme los higos.

sábado, 4 de julio de 2009

Sabater: Educarlos para que me voten

Recientemente he asistido a una conferencia de Fernando Sabater sobre educación.
Comenzó con una brillante frase de John Kennet Galbraight cuando afirmaba que "las democracias están siempre amenazadas por el voto de los ignorantes". Brillante expresión que no puedo sino compartir y de ahí que me haya sorprendido tener que lamentar algunas excogitaciones del señor Sabater, que a continuación expondré. Una vez más se cumplió aquello de que los filósofos, en las conferencias, se dedican a decir obviedades, erso sí, con gran dramatismo, para que la gente piense que se les acaban de ocurrir. En el caso del Profesor Sabater, hubo afirmaciones que pasaron de la obviedad a la reconocible falacia, eso sí, con un ensayado tono de tolerancia.

El amigo de Rosa Díez afirmó, por ejemplo, que el Vaticano era más inaceptable como estado que la misma Arabia Saudí, pues está en Europa; y alegó que la Santa Sede se había negado a firmar un manifiesto contra la tortura y la pena de muerte. Yo, por no darle más cuerda, me limité a decirle que el Vaticano es un estado que no es como los demás estados, sino una forma de autoorganización de una institución internacional, cuya pertenencia es voluntaria, y que ha adoptado esa forma por vicisitudes históricas. La defensa era mala, pero estaba deseando pasar a otra cuestión. Como siempre, las respuestas se te ocurren después, cuando se serena la taquicardia que te ha producido oír ciertas cosas. En el ámbito de las comparaciones, recordé que un amigo mío estuvo a punto de ser encarcelado en el aeropuerto de Ryad por haber comprado una botella de vino tinto en la escala anterior en Zürich. Consiguió salvarse gracias a la intervención del príncipe que lo había contratado quien, a continuación, le retiró el pasaporte y lo convirtió en un rehén durante todo el tiempo que estuvo trabajando para él.

Teniendo en cuenta que mi experiencia en cuanto a entrar en el Vaticano no ha pasado de los museos, he percibido, sin embargo, que hay más problemas para entrar territorio pontificio que para salir, es más, casi todos los que tienen pasaporte vaticano comen y duermen fuera de él. Después, me he preguntado si conocía alguna denuncia por tortura contra la Guardia Suiza, y como no conseguí acordarme de ninguna, hice lo mismo con las penas de muerte aplicadas en el Vaticano desde su creación o desde la desmembración del estado anterior en 1871. Muy mal debo andar de memoria porque no conseguí dar con ninguna otra. Cabría la posibilidad de que la Iglesia Católica estuviera a favor de ambas cosas: la tortura y la pena de muerte formaran parte de las prácticas aprobadas por la Iglesia. Como esta institución tiene un ideario al alcance de cualquiera, se llama Catecismo, consulté lo que se dice en él sobre ambas cuestiones (parte dedicada al quinto mandamiento).
Para mi sorpresa, después de oír a Fernando Sabater, resulta que la tortura está condenada, siempre y en todos los casos. En cuanto a la pena de muerte se dice que aunque la doctrina tradicional no la excluye si este fuere "el único camino posible" para defender las vidas humanas del agresor (situándola en unas exigencias previas que la acercan -sólo en esas circunstancias- al caso de la legítima defensa) sin embargo, continua el catecismo glosando la doctrina tradicional: "dados los medios de los estado modernos" esas situaciones "suceden ... muy raras veces... si (conjunción condicional) es que ya (adverbio de tiempo, equivalente a hoy), en realidad, se dan (hipótesis remota) algunos casos"
Ponía Sabater como ejemplo de ciudadano democrático a aquel que está dispuesto a persuadir y a ser persuadido. Yo me conformaría con que el señor Sabater se informara y estuviera informado antes de enunciar perlas como la comentada. porque, estamos de acuerdo, los ignorantes son un peligro para las democracias.

Entre otras muchas cosas, el filósofo de la izquierda prostática (por la edad de sus seguidores), rebatió a aquellos que dicen que los valores cívicos deben de transmitirlos los padres. Lo hizo con el argumento de que "quien tiene por padre a Thomas Jefferson tal vez salga muy formado; pero que en otros casos..." He de reconocer que tiene algo de razón, por aquello de que conozco padres y madres a los que habría que retirarles la patria potestad para poder educar al hijo, pero esa comparación nos adentra en el terreno de la lotería natural que uno recibe al nacer; y se puede aplicar a otros muchos terrenos: ¿porqué tengo que conformarme con este profesor, o este instituto de barrio, o esta clase? o - desde la óptica del docente- "Si te toca un buen curso, puedes trabajar, pero si te toca ...." En todas estas cuestiones, actúa el azar sobre la vida, y tanto la una como el otro, son injustos. Pero la solución no pasa por autoerigirse en el monopolio de la corrección de injusticias y determinar -por partitocracias coyunturales en un régimen de disciplina de voto- quién es el único que puede educar a la ciudadanía, en imponer la visión del poder político; sino en aumentar los cauces de información y variar la fuente de los mismos. Pues la educación cívica, como la religión, no pueden imponerse desde arriba; sino reflejar también, en la medida en que no sean aberrantes, los valores que aceptan los ciudadanos (y esto incluye también a los padres).

Desgraciadamente, la experiencia nos enseña que hasta de un hijo de Jefferson puede salir un activo miembro del KuKlux Klan- cosa que ignoro si sucedió-; del mismo modo que la hija del escritor ácrata Ramón J. Sender puede profesar de monja, como de hecho profesó. Hay, lo sabemos por Freud -tipo del que desconfío pero que no puede estar en la mentira absoluta porque esto es imposible-, hay, decía, en algunos adolescentes una necesidad de "matar -psicológicamente, se sobreentiende- al padre" para ser ellos mismos. Y contra esto no se puede luchar durante ese periodo de psicopatología funcional transitoria que llamamos adolescencia; arrancar ese instinto o necesidad supondría violar algo tan irrenunciable como la libertad personal. En resumen, sea uno hijo de Lincoln o de majarajá de Kapurtala, no es automático que pase a la posteridad ni como el hijo de la gran ... tanto ni como la reencarnación de Mahatma Gandi, aunque reconozco que en un sentido lo tiene más difícil que su contrario.

Pero no se quedó ahí el señor Sabater y nos dijo, para defender la Educación para la Ciudadanía, que la mala educación es muy cara, porque después esas personas mal educadas (es decir las que no se han dejado persuadir, como usted, señor Sabater, y como yo) votan. Ahí lo sí que lo vi meridianamente claro: "Hay que defender la educación para la ciudadanía para que voten lo que quiere usted". Eso es lo verdaderamente importante de la cuestión; eso es precisamente por lo que hay que estar en contra de ella.