Como he estado unos días vagueando aprovecho hoy y mañana para colocar un par de artículos que mi amigo Ángel Esteban del Campo (Profesor de Literatura Hispanoamericana en la Universidad de Granada) ha colocado y espera colocar mañana en El ideal
"Salvar a Rayan
La noticia ha conmocionado a toda España. El recién nacido, sietemesino, hijo de la primera víctima mortal de la nueva gripe, acaba de morir, por un “terrorífico error” de una enfermera. Todos los periódicos recogen la noticia en su primera página, y los telediarios dedican al suceso más minutos que al resto de la actualidad, incluidos los obscenos millones del Madrid por unas cuantas piernas.
Y así es como debe ser. Una vida humana vale más que cualquier otra realidad, y una muerte trágica merece la atención, la solidaridad y todos los sentimientos positivos de acogida que el hombre sea capaz de generar. No hay gesto más desgarrador que el semblante cabizbajo de un expadre y exmarido, de veintipocos años, que hace unas semanas era el hombre más feliz del mundo, y ahora sólo balbucea que lo primero es enterrar a su hijo, y después ya hará lo que tenga que hacer con los abogados. Estoy seguro de que, si pudiéramos, cada uno de nosotros lo abrazaría y lo acompañaría, sabiendo que todo es poco para quien nunca recibirá el consuelo suficiente, por mucho que una ministra bienintencionada, honesta y trinitaria cumpla con la obligación institucional de darle un pésame sentido y sincero.
Lo que no me termina de cuadrar es el silencio hipócrita que hay alrededor de tantos Rayan que, en lugar de tener siete meses y una semana, tienen seis, cinco, cuatro o tres meses, y cuyas únicas diferencias con el Rayan original es no haber salido del vientre de la madre y también, quizá, unos cuantos centímetros -no muchos- de tamaño. Son Rayan que, por el hecho de no haber tenido que salir precipitadamente del seno materno, o no ser aún viables fuera de él, son opacamente desestimados, por la razón que sea, para la existencia, para la duración temporal. Y nadie dice nada, y las leyes de esos que dan el pésame institucional al Rayan original, amparan la masacre. A mí me gustaría que por cada aborto español, los telediarios dedicaran al menos los mismos minutos y los periódicos las mismas portadas que a Rayan, y nos dijeran el nombre de los apenados padres, nos contaran su historia, el pisito que se estaban comprando, la cara de vacío de la pobre abuela que ya no será abuela, al menos de momento, y ternuras del estilo. Si queremos de verdad salvar a Rayan, si queremos ser un Tom Hanks dirigiendo un grupo de hombres absolutamente entregados a la recuperación de Matt Damon bajo las órdenes de un genial Spielberg, tenemos que empezar por ser solidarios con todos los Rayan presietemesinos, aunque todavía no sean soldados."
"Un feto de catorce semanas es un ser vivo, pero no se puede decir que es un ser humano porque eso no tiene base científica". La bibi dixit.
ResponderEliminar¡Socorro!... ¡Se han escapado del manicomio!