Entre las fatigosas- y a veces extenuantes- formas de vivir sin trabajar una de las más modernas es, sin duda, la de acumulador de ayudas de los servicios sociales. Voy a intentar describirla.
Como suele suceder en este tipo de oficios, se precisa una triple moral alternativa, una moral heterónoma en el sentido de que son diversas las normas a aplicar según se trate "del menda", de "los míos" y/o "del resto de la humanidad". Si usted es de los que piensa que las normas éticas deberían regir con igual validez para todos los seres humanos, debe renunciar ahora mismo al carnet de agiotista de lños fondos sociales. Si, por el contrario, cree usted que, como decía Sartre, "la conciencia es una nada"; y que a la nada no hay que hacerle caso; entonces tiene todas las condiciones para convertirse en devengador de múltiples subsidios por el procedimiento que explicaré a continuación; aunque, es preciso advertirle que se necesita paciencia, resolución y valor. Si posee esas cualidades, adelante:
1.- El primer paso es pertenecer o vincularse a alguna minoría considerada como marginada por la inteligentsia dominante. Si no pertenece usted a ese grupo social o étnico, puede crear uno con sus amigos, basta con hacer las cosas que han facilitado a algunos de esos grupos el acceso a la marginación. En general, suele ayudar lo siguiente:
a) Aislarse física y socialmente mediante la creación de un gueto.
b) Practicar rigurosa endogamia.
c) Comunicarse con una jerga de gueto y aljama.
d) Tener leyes distintas entre ustedes y el resto de los mortales.
e) Practicar actividades molestas o insalubres -mejor las últimas- para el vecindario y exigir el respeto a su libertad cuando intervengan los municipales.
f) Crear jeraquías internas y escalafones endógenos.
A todas estas cuestiones puede ayudar el darse a una religión siempre que no sea la cristiana , en un país de tradición cristiana. Es decir, en España, puede tener usted más éxito si funda la "Sociedad holística del Karma para la Tierra Pura", que si se hace baptista o cartujo.
2.- Es imprescindible una asociación. Pero no una ONG. El tiempo de las oenegés ha pasado, así que quítese de su cabeza el fundar la oenegé "Luis Candelas" de ayuda a la comunidad delincuente en el exterior de las cárceles o la oenegé "Pub Edén" para luchar contra el racismo y la xenofobia de los camioneros europeos en los bares de copas y otros locales nocturnos. Eso era posible cuando lo del "0'7% ya!", ahora no. Su asociación debe defender el derecho a modos alternativos de vida, familia y comunidad, especialmente cuando sean, como he dicho antes, chocantes, molestos o insalubres.
3.- Consiga ser pobre , empobrézcase despilfarrando, y, si a pesar de ello tiene la mala suerte de que le toca la bonoloto: parézcalo. Usted también puede parecer pobre si no se lava ni se cambia de ropa durante el tiempo suficiente (Long life to the rubish!). Una buen clip de denuncia en un telediario -bien mugriento, anthigiénico y sarnoso- a la hora de comer, le proporcionará una valiosa publicidad.
4.- Afíliese a un partido en poder y convénzales de que en su gueto pueden comprar votos.
5.- Entre en contacto con un gabinete de abogados sin clientes y convénzales para que gestionen ellos las ayudas que ustedes van a solicitar. Es difícil que se nieguen si ven posibilidad de llevarse un 2%.
Como ejemplos prácticos pongo algunas de las ayudas que usted puede solicitar y el método adecuado:
a) Ayudas a la escolarización: Si usted tiene un hijo y una hija, no importa de que matrimonio, puede hacer del primero un absentista escolar (su retoño estarás encantado) y con un poco de motivación puede conseguir que lo acepten en alguna banda juvenil peligrosa. A partir de ahí, tiene un pellizco fácil, facil.
Respecto a la hija... No voy a exponer las diversas esclavitudes que un sujeto sin escrúpulos -eso es de lilas- puede hallar para una chica, basta con que se justifique ante los servicios sociales alegando que "como somos pobres - y usted ha hecho todo lo posible para serlo- necesito del trabajo de la niña". Casi siempre pican.
2) Ayudas a la mujer maltratada: De común acuerdo, maltrate a su mujer, seguro que le dan algo, después, vuelva a maltratarla para que lo comparta con usted.
3) Ayuda a colectivos sexualmente discriminados: por ejemplo, los heterosexuales feísimos, hambrientos y sin pareja. Lo que antes se llamaba "un salido". Es posible que toque la emotividad del expendedor de ayudas de su ayuntamiento.
4) Ayudas al desempleo: funcionan durante un tiempo. Basta con perder el trabajo y esto, últimamente es más fácil en España que en ningún otro país de la UE.
5) Ayudas a la discapacidad: Eso es también bastante fácil para una persona de moral alternativa y triple porque conseguir un discapacitado (no lo va ha hacer todo uno mismo) en estas ciudades nuestras llenas de coches, macetas en los balcones, escaleras, huecos del ascensor o, simplemente, sábados por la noche; está chupado. Si no tiene valor para darle el empujoncito a su candidato a la minusvalía, siempre puede insultar a un portero de discoteca durante el tiempo necesario. Nunca falla.
6) Ayudas a la recuperación de la memoria histórica: Rebusque entre las víctimas de la represión franquista alguna con la que pueda guardar relación de parentesco, no importa si después se descubre que los que la victimaron no eran los franquistas, eso suele suceder tarde, cuando ya han aflojado la mosca, y siempre se tapa. Si no encuentra ninguna, invéntela, que tampoco se la van a reclamar.
Estos son sólo algunos escasos ejemplos espigados entre la Vía Láctea de las subvenciones posibles que genera la gran ubre pública (central, autónoma y municipal) en un país tan rico como España.
Quiero hacer constar, por si me lee algún chequista cultural o algún neofámulo de la Laica Inquisición, que el contenido y el tono de las presentes líneas es humorístico, y que mi itención no es criticar las ayudas sociales sino el roussonianismo y la falta de control en la concesión de las mismas. Lo menciono porque tengo muy averiguado lo mal dotados que suelen estar dichos comisarios en capacidad de ironía.
Se te han quedado en el tintero las ayudas para festejos extravagantes y ruidosos... esos que suelen acabar con la quema lúdica de contenedores de basura.
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